jueves, 14 de febrero de 2013

Al encuentro de tu sombra.Un peaje obligado para integrar la personalidad.

Si bien muchos de mis textos toman de Jung el concepto de arquetipos, pues me son de suma utilidad para analizar diversas situaciones, recién caigo en la cuenta que nunca profundicé en ninguno de ellos. 
Y si bien lo apropiado sería presentárselo de forma ordenada para comprender lo que Jung llamó el proceso de individuación; siento la necesidad de hacer algo totalmente diferente. 

Por eso, más allá de referenciarles bibliografía a quienes quieran profundizar el tema ordenadamente; mi intención es compartírselos a lo largo del año, sin lógica ni prioridad alguna, más que una necesidad personal de profundizar en alguno de ellos. 
Les decía en mi texto de cierre del 2013 “Seguir Cantando”, que este espacio me permite
de un modo creativo procesar las pérdida; de ahí que en este caso mi intención es contarles y contarme algo más sobre el camino hacia la integración del yo. 

Comenzaré con la sombra, un arquetipo clave a atrabajar. 
Todos tenemos un lado obscuro, que por nuestro bien es necesario conocer, aceptar y hasta les diría amar por lo mucho que puede aportarnos en la superación personal.

• La sombra que todavía no integrada en la conciencia es la causante de multitud de proyecciones.
• La sombra proyectada es la causante de la gran mayoría de los actos cotidianos en los cuales nuestro mundo interno interfiere en el vínculo con los otros: Solemos acusar a los demás de defectos, que conciente o inconscientemente son propios y no queremos reconocer. Percibir la sombra implica mirarnos en ese espejo que nos muestra aspectos de nuestro inconsciente personal, y, por lo tanto, aceptarlos es aceptar “ese lado obscuro” que habita cada uno de nosotros. 

-"Uno no se ilumina imaginando figuras de luz" – dice Jung – “sino haciendo consciente la oscuridad, un procedimiento, no obstante, trabajoso y, por tanto, poco popular”. 


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