domingo, 23 de octubre de 2011

Habilidades emocionales del buen negociador
“En las negociaciones complejas, cada cual considera al otro como una persona difícil.…
No importa quién es el difícil; el reto es transformar un enfrentamiento
en un ejercicio de solución conjunta de problemas”
William Ury.

El sólo imaginar enfrentarse a una negociación, en general produce cierto temor.
Cómo si se tratase de un hecho especial o poco frecuente, lejano a la vida cotidiana.

Sin embargo, cada vez que llegamos a un acuerdo con alguien para reducir
o poner fin a una diferencia, aún en forma inconciente; negociamos.
Y en ese sentido, al menos, todos somos experimentados negociadores.


Claro que experiencia, no es garantía de conocimiento, ni mucho menos de autoconfianza;
en tanto no existe "la negociación como tal".
En los hechos, hay dos partes que deben llegar a un acuerdo
en en una situación determinada, en un contexto interno y externo que los condiciona.

Al plantear la idea de "negociaciones difíciles", no voy a apoyarme en los principios
básicos de la negociación estratégica, efectivos por cierto, pero insuficientes
a la hora de garantizarnos un enfrentamiento “cara a cara” con un "otro"
que, conciente o inconscientemente, nos pone en jaque.

Las habilidades emocionales son, en estos casos,
la mejor herramienta que conozco
y que por suerte, todos podemos aprender.

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