¿Alguna vez pensaste que esto podía sucederte?
Todo empezó una madrugada, sentí un fuerte dolor en el pecho y el brazo izquierdo, de pronto fue como si me faltase el aire, como si tuviera un nudo en la garganta que me asfixiaba. Mi corazón se aceleró al punto que creí iba a explotar. Tuve que levantarme, para llamar a una ambulancia y fui directo a la terapia de un hospital. Me revisaron y me dijeron que no me preocupase, que estaba ansiosa y muy angustiada. A partir de ese día ese infierno me acompañó día y noche.
La primera vez fue en el subte. Empecé sentir un hormigueo en mi cabeza y la sensación de asfixia. Poco a poco tuve miedo, no se muy bien a qué pero cuando llegaban las sensaciones me daban ganas de bajarme porque creía que me iba a desmayar. Un sudor frío me invadía y estaba seguro que todo el vagón ya lo había notado. Después ya me pasaba en la calle, sentía terror de pararme en los semáforos o de que me atropellase un auto. Finalmente ya no tenía que ver con el lugar, siempre ese temor estaba conmigo.
Nunca olvidaré esas vacaciones. Estaba un poco alterada pues partimos con mi familia a las apuradas, con el vehiculo roto y sin reservar alojamiento. Mientras conducía mi auto, de repente me invade un terror atroz, quedo paralizada, experimentando una sensación de ahogo, mi corazón latía tan fuertemente que pensé que iba a morir, mis manos temblaban, recorría mi cuerpo una helada sudoración..... Pensé que todos morirían por mi culpa. Sabía que no había nada a que temerle, que sólo eran nervios pero no pude hacer nada. Mucho después supe que allí comenzaron mis ataques de pánico y por suerte pude superarlos.
¿Qué es el Pánico?
Este trastorno también llamado crisis de pánico es bastante diferente a otros tipos de ansiedad en cuanto a que los ataques de pánico se presentan inesperadamente, aparentemente sin causa alguna y que se inician bruscamente alcanzando su máxima expresión en los primeros 10 minutos.
Una vez que una persona sufre un ataque de pánico, pueden crearse miedos irracionales llamados fobias, relacionados con esas situaciones, y comenzará a tratar de evitarlas. Con el tiempo, la necesidad de evitar esas situaciones y el grado de ansiedad por miedo a otro ataque puede llegar al punto en que esa persona se vea realmente incapacitada y sin ganas de vivir.
Los ataques de pánico no duran mucho tiempo, pero según los relatos de quines lo sufren sus sensaciones y síntomas son tan terribles que parecen durar una eternidad.
El trastorno de pánico es más común entre las mujeres que entre los hombres. Puede comenzar en cualquier edad pero suele comenzar entre los adultos jóvenes. Su aparición depende de factores neurobiológicos (vulnerabilidad somática), psicológicos (traumas psíquicos o sexuales "que alterarían el patrón neurobiológico" y ambientales, que pueden ser detonados por:
1. Desencadenantes psicológicos: la sobre-exigencia, el estrés y los conflictos intrapsíquicos.
2. Desencadenantes físicos: el exceso de actividad corporal y el consumo exagerado de sustancias adictivas (como el café, el alcohol y la cocaína) o medicamentos que producen ansiedad. La mayoría de las personas mejora con el tratamiento.
Definiendo los Sintomas
Palpitaciones rápidas o violentas con elevación de la frecuencia cardiaca
Dolores en el pecho
Vértigo, mareo, náusea
Inestabilidad, mareo o desmayo
Dificultad para respirar
Sofoco, transpiración o escalofrío
Sensación de ahogo o falta de aliento
Sensación de atragantarse
Opresión o malestar en el tórax
Náuseas o molestias abdomi nales
Cosquilleo o entumecimiento en las manos
Sensación de estar soñando o deformación de percepción
Terror - sentir que algo horrible va a pasar y que no puede uno evitarlo
Miedo de perder el control y hacer algo que le cause a uno vergüenza
Miedo de morir
Tratamientos
Vale decir que hay tratamientos y con muy buenos resultados.
Ante todo partiendo de un diagnóstico precoz; pero hay que tener en cuenta que por la variedad de los síntomas, la brusquedad con que se presentan y la predominancia del carácter somático de los mismos, puede tardarse alrededor de siete años en llegar a un diagnóstico correcto. El tratamiento debe ser integral y apunta inicialmente a demostrarle cómo identificar y cambiar los patrones de pensamiento antes de que lo conduzcan al pánico. Debe reunir al menos a un psiquiatra que indique la medicación más apropiada según el caso y a un psicólogo entrenado en trastornos de ansiedad que trabajen en equipo. No se descarta la posibilidad de que se indiquen terapias complementarias como los ejercicios de relajación o la meditación. Además de esto es fundamental la información al paciente y a su grupo familiar sobre las características de la enfermedad para que sepan cómo controlar los ataques y colaboren con el tratamiento. La remisión suele durar un par de años aunque los resultados comienzan a notarse al cabo de unos meses.Finalmente me gustaría compartir con ustedes una frase que una vez me regalaron y que, en lo personal, siempre me ayuda a pensar las cosas que me pasan:
Quiza no puedas cambiar la realidad, pero el miedo es un pensamiento y como todo pensamiento, siempre pueden cambiarse
Lic. Fabiana Andrea Mendez
Construyamos Salud
www.construyamossalud.com.ar
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