No se bien si es por convicción del poder que portan las palabras , o por cierta intolerancia propia del paso de los años; pero cada vez rechazo más el uso indiscriminado de ciertos vocablos, frases o modismos impuestos por la moda.
Y si bien podría armar un extenso listado donde todos y todas nos identifiquemos; en este caso, voy a limitarme a una palabra que por su “supuesta obviedad” se convierte en una barrera infranqueables para que nos entendamos y, fundamentalmente, para cuestionar aquellas creencias sobre nosotros mismos.
Cada vez que escucho “obvio”, me pregunto y les pregunto ¿es obvio qué?, conciente de que la obviedad no es tan sencilla de revelarse.
Basta leer de “Puntos de Vista”1 de Eduardo Galeano comienza diciéndonos:
- “Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno.
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para el campesino.
Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista. Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe, Cristóbal Colón, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vista” -
Desconfiar de lo obvio, es clave para conocernos y animarnos a conocer a los otros; lejos de toda idealización, prejuicio oque hayamos construido al respecto.
Desconfiar de lo obvio es de alguna manera crecer y, en ese sentido,
este texto es una buena herramienta para ayudarnos a hacerlo.