lunes, 9 de agosto de 2010

Yo no puedo soñar ¿Y usted?
La verdadera tragedia de los ni-ni

"Si lo puedes soñar, lo puedes lograr."
Walt Disney


Hace ya bastante tiempo, he escuchado comentarios alarmistas sobre
un nuevo fenómeno social llamado la llamada generación “ni-ni”,
y que se caracteriza por jóvenes de 18 a 29 años (hay quienes lo prolongan hasta los 34 años)
que ni estudian, ni trabajan, ni buscan empleo.
Inmediatamente me interesó conocer más de este fenómeno, en especial por dos cosas:

* Por un lado porque no puede reducirse a las consecuencias naturales de la crisis del empleo o del sistema educativo, pero tampoco podría pensarse desconociendo esto.

* Por otro, porque contrariamente a lo que se suele pensar, esta inactividad les produce un sentimiento de angustia profundo. Incluso, varios psicólogos afirman que, últimamente, las consultas de los jóvenes se deben a casos de angustia difusa, al vacío que les produce convivir con una constante sensación de frustración y a la falta de un proyecto que los motive.

Tomando esto en cuenta, comencé a leer a aquellos autores que ampliaban estos “ni”
y nos hablaban de jóvenes que ni proyectan, ni creen, ni sueñan.

Y cuanto más leía, y más jóvenes identificaba como “ni-ni”, más me convencía que me encontraba frente a algo mucho más complejo que lo que parecía a simple vista.

Fue entonces cuando en España, quienes trabajarton el tema, se negaron a pensar este fenómeno
como algo propio de las generaciones más jóvenes, descontextualizado de una sociedad
que ha precarizado tanto la educación como el empleo:

* Un estudio realizado por la Secretaría de Juventud de Comisiones Obreras de Aragón,
en base a la Encuesta de Población Activa (EPA), mostró que el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan ni buscan empleo, apenas ha variado en los últimos cinco años y es estadísticamente irrelevante.
Además, el porcentaje de ‘ni-ni' , es superior en la franja de edad de 40 a 54 años
que entre las personas de 16 a 29 años.

Recién entonces me sentí más cómoda al pensar el tema.
No era justo poner las tintas sobre los más jóvenes, invisibilizando que muchos adultos,
incluso con un empleo o estudiando; no proyectaban, ni creían, ni soñaban.
Pareciera que ya son varias las generaciones, que definitivamente no pueden soñar…
Pero me pregunto y les pregunto ¿Sabrán cómo hacerlo?

En lo personal, apuesto a que aprenderán.
Por suerte, puede aprenderse o reaprenderse "la posibilidad de soñar"
un paso imprescindible, para transformar la realidad.


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